Ex presos políticos cubanos denuncian las condiciones en las que viven en España

Los ex presos políticos cubanos Víctor Orlando Arroyo y Normando Hernández denunciaron este jueves la situación en la que se encuentran los disidentes que llegaron a España tras las últimas liberaciones, fruto del diálogo entre la Iglesia Católica y el Gobierno de Cuba.

Arroyo, quien llegó el ocho de septiembre tras siete años de prisión, indicó que al menos 12 familias continúan viviendo en el Hostal Wellington de Madrid donde no reciben la atención médica que necesitarían, ya que muchos de los disidentes han viajado acompañados de personas enfermas.

«La situación desde que llegamos no ha sido totalmente la que esperábamos. Acá hemos presentado muchas dificultades y no precisamente reales, a mi juicio son fabricadas porque no se ha valorado la situación de cada uno de los presos y de sus familiares», dijo Arroyo en declaraciones a Europa Press.

En concreto, el opositor denunció las condiciones en las que se encuentra su propia familia. «Mi hijo en diabético y desde que llegamos se está inyectando con la insulina que trajimos de Cuba; mi hija está embarazada y a punto de dar a luz, nadie los ha visto, la atención médica ha sido pésima», comentó.

En la misma línea, Hernández, quien también permanece alojado en el citado hostal desde que llegara el 23 de julio, se refirió a los problemas económicos que afrontan los ex presos políticos. «Los únicos recursos que recibimos son de Cruz Roja y de otras ONG, como la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR), que solo nos cubren tres comidas al día por persona y el alojamiento», señaló.

«Hoy en día por ejemplo mi niña está en el colegio y no tiene los tickets de metrobús para trasladarse al centro, lo que provocó que la semana pasada tuviera que ausentarse varios días de la escuela», agregó Hernández.

Tanto Arroyo como Hernández subrayaron que los excarcelados que se encuentran en mejores condiciones «son los que han sido alojados en pisos transitorios con cocina y baño propio, donde se puede hacer vida de familia». Mientras, otros permanecen en «pisos colectivos» donde comparten espacio con desconocidos.

«LIMBO» LEGAL

Ambos ex presos políticos se refirieron también al «limbo» legal en el que se encuentran desde su llegada, ya que, por un lado, el Gobierno cubano todavía no les ha facilitado el documento que acredita su puesta en libertad y, por otro, no han sido reconocidos como asilados políticos por España.

«A las autoridades cubanas que pudimos ver les preguntamos en tres ocasiones en qué condiciones salíamos de Cuba. Nos contestó un coronel que nos dijo que salíamos con una licencia extrapenal y que el Gobierno no daba documento alguno, lo dejó todo en un signo de interrogación», recordó Arroyo.

La licencia extrapenal, aclaró Hernández, «es un trampa jurídica en Cuba porque solo permite que las personas puedan salir del país un año, dos como máximo y solo se puede prorrogar hasta en dos ocasiones y por motivos médicos».

Mientras esperan la llegada de este documento, la mayoría de los 39 ex presos políticos cubanos que han llegado a España desde que comenzaran las liberaciones el pasado mes de julio han solicitado el asilo político, aunque todavía no han obtenido respuesta.

«Al llegar aquí se nos retiró el pasaporte y se nos entregó un carnet. Estamos esperando a ver qué pasa», subrayó Arroyo quien explicó que «hasta que no se decida nuestra condición legal, desde el punto de vista del refugiado político no tenemos derecho de empleo, por lo que no podremos salir de la situación en la que nos encontramos».

Interrogado acerca de esta cuestión, Hernández aseguró: «no nos concederán el asilo político porque sería como reconocer que en Cuba hay presos políticos, que hay violaciones a los Derechos Humanos». Así, aludió como último recurso a la concesión del visado migratorio de Estados Unidos que le permitiría residir en este país con su madre.

En total, 21 de los opositores excarcelados que han llegado a la península han solicitado dicho visado con el objetivo de trasladarse allí de forma definitiva. Hasta el momento no han obtenido respuesta alguna, aunque sí han sido interrogados acerca de sus intereses en la Embajada de Estados Unidos en Madrid.

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