Para la directora de integración, es necesario realizar "un análisis crítico del proyecto de retorno" para evaluar cómo está funcionando y plantear reformas para mejorarlo
La crisis económica y el incremento de inmigrantes que deseaban volver a sus países dejó sin recursos a las ONG e instituciones que facilitan ese retorno y ha provocado una lista de espera de 3.000 personas, a las que el Gobierno financiará el viaje y los gastos para volver voluntariamente a sus países.
En los dos últimos años, 23.494 personas extranjeras se han acogido a los programas de retorno del Gobierno; 17.168 son inmigrantes que han acumulado el desempleo y han regresado con ese dinero a sus países, 6.227 son personas sin recursos que pidieron ayuda para poder pagar los gastos del viaje y 99 han participado en un programa en el que reciben formación para iniciar una empresa en su país.
«Hemos tenido un parón en los últimos meses por falta de recursos económicos para apoyar el retorno con los viajes, pero esta situación se ha solucionado y ya se han transferido recursos económicos a las ONG que les apoyan para el retorno; queremos en los próximos meses absorber la lista de espera que había», ha explicado la directora general de integración de los inmigrantes, Estrella Rodríguez.
Durante una debate celebrado en la Casa de América sobre la experiencia del retorno, la responsable de este asunto, del Ministerio de Trabajo e Inmigración, ha asegurado que se ha producido «un incremento muy importante» en los últimos meses del número de extranjeros que pidieron estas ayudas para regresar.
Sobre todo, ha aumentado el ritmo de los extranjeros que se acogen al programa social o humanitario, que ha pasado de una media de 1500 al año, a más de seis mil en los últimos dos años -algo más de cuatro mil en 2009 y 2213 en 2010-.
«Hasta el mes de julio, el ritmo ha sido constante, de 300 personas en cada proyecto de retorno -en el humanitario y en el que capitaliza el paro-; aunque entre julio y agosto hubo una caída del programa por falta de recursos para apoyar los viajes», ha reconocido.
No obstante, ha aclarado que no se interrumpió la salida de extranjeros desempleados que regresan tras cobrar el paro porque sólo el 40 por ciento de estos inmigrantes pidieron esas ayudas complementarias para los viajes.
Respecto al retorno social en 2010, la mayoría de los inmigrantes vivían en Madrid (411), Andalucía (399), Valencia (393), Baleares (216), Murcia (125), Cataluña (121), Canarias (109), Castilla-La Mancha (113), Castilla y León (103) y Galicia (96).
Además, 36 partieron de Cantabria, 23 del País Vasco, 22 de Asturias, 20 de La Rioja, 19 de Aragón, 6 de Navarra y 1 de Extremadura.
Por países, 477 volvieron a Bolivia, 325 a Argentina, 281 a Brasil, 225 a Ecuador, 172 a Uruguay, 137 a Chile, 115 a Colombia, 104 a Paraguay y 63 a Honduras.
El resto, lo hicieron a países como Guatemala, Ghana, Costa Rica, Bulgaria, Armenia, Angola, Argelia, China y Cuba, entre otros.
«Llega la crisis económica y de la noche a la mañana empiezan a crecer las cifras. Nunca había existido la espera, incluso no se gastaban las ONG» todo el dinero destinado a este fin, ha señalado Rodríguez, quien ha indicado que la mayoría de los inmigrantes que se acogen a esta ayuda son irregulares.
Para la directora de integración, es necesario realizar «un análisis crítico del proyecto de retorno» para evaluar cómo está funcionando y plantear reformas para mejorarlo.
«Hay que desdramatizar el retorno y abordarlo como una política positiva y voluntaria, porque la inmigración no es un todo homogéneo, sino que cada persona tiene un proyecto migratorio», ha opinado.