Los inmigrantes empadronados en la Comunidad de Madrid han descendido por primera vez en diez años en 15.521 personas (-1,39 por ciento), con lo que la cifra total de extranjeros que residen en la región de forma legal ha quedado en 1.103.470 personas, según el Informe de Población Extranjera Empadronada en la Comunidad de Madrid a 1 de enero de 2011.
El documento, realizado por el Observatorio de Inmigración-Centro de Estudios y Datos, y que ha presentado este sábado la consejera de Empleo, Mujer e Inmigración del Gobierno regional, Paloma Adrados, recoge los datos del padrón de los 179 municipios de la Comunidad de Madrid.
Así, los datos concluyen que se ha producido «un descenso interanual en el número de extranjeros empadronados» en la Comunidad, pasando de los 1.118.991 que había el 1 de enero de 2010 a los 1.103.470 inmigrantes que había a principios de este año, y que suponía el 16,8 por ciento de la población de la región.
De hecho, durante los primeros seis meses del año pasado ya se habían marchado de la Comunidad de Madrid más de 2.700 inmigrantes, según el documento.
Del total de inmigrantes empadronados en la Comunidad de Madrid, 849.087 tenían tarjeta de residencia a principios de año, lo que supone el 76,95 por ciento del total, frente al 78,7 por ciento que lo tenía el año pasado (880.613 frente a 1.118.991 extranjeros).
Además, el año pasado se concedieron 32.834 nacionalidades españolas, de las que 14.938 fueron para ecuatorianos, 5.698 a colombianos, 3.521 peruanos, 1.436 bolivianos, 1.422 marroquíes, 1.261 dominicanos, 645 argentinos y 529 cubanos.
NACIONALIDADES
Por nacionalidades, destaca la rumana, con 222.528 ciudadanos en la región (20,1 por ciento del total de inmigrantes), seguida por la ecuatoriana, con 116.629 personas (10,57 por ciento del total).
Le siguen los marroquíes (91.022 personas, 8,25 por ciento del total), los colombianos (68.915 personas, 6,25 por ciento), los peruanos (59.844 personas, 5,42 por ciento), los bolivianos (48.411 personas, 4,39 por ciento), los chinos (45.710 personas, 4,14 por ciento), los dominicanos (35.392 personas, 3,21 por ciento), los búlgaros (33.539 personas, 3,04 por ciento), y los paraguayos (31.649 personas, 2,87 por ciento).
En menor número, la Comunidad cuenta con residentes de otras nacionalidades como italianos (28.724, 2,6 por ciento del total), polacos (28.212, 2,56 por ciento), brasileños (21.950, 1,99 por ciento), ucranios (20.786, 1,88 por ciento) y franceses (18.891, 1,71 por ciento).
Según los datos que arroja el estudio, la población ecuatoriana es la que presenta un mayor descenso en el número de inmigrantes (-11.857 personas), seguida de la boliviana (-4.234 personas), la colombiana (-4.098 personas), la peruana (-3.863 personas) y la brasileña (-3.083 personas).
MENORES DE 32 AÑOS
Por otra parte, el informe también aporta datos demográficos sobre la población extranjera que reside en la Comunidad de Madrid. Así, el inmigrante medio tiene una edad de 31,9 años (frente a los 31,5 años que había de media hace un año), y la mayor parte (74,7 por ciento) está entre los 20 y los 54 años.
Más de la mitad de los extranjeros son mujeres (50,1 por ciento), frente al 49,9 por ciento de hombres, y hasta el 42,6 por ciento procede de América –35,7 por ciento de América del Sur, 5,4 por ciento de Centro América y Caribe, y 1,5 por ciento de Norteamérica–. Por su parte, el 38,3 por ciento es de origen europeo, un 12 por ciento proviene de Africa y el 7 por ciento restante es asiático.
En cuanto a los lugares de asentamiento, el 50,5 por ciento de los extranjeros reside en la capital –lo mismo que los españoles de otras regiones–, mientras el 36,7 por ciento se ha decantado por la corona metropolitana y el 12,8 por ciento restante ha escogido como lugar de residencia otros pueblos.
Así, tras los 557.181 inmigrantes que viven en la ciudad de Madrid se cuentan los 44.906 de Alcalá de Henares, los 32.562 de Parla y los 32.323 de Fuenlabrada.
En cuanto a los municipios que mayor presión de inmigrantes soporta, destaca Fresnedillas de la Oliva, con 650 empadronados, el 40,7 por ciento de su población; Rascafría, con 691 personas, el 31,7 por ciento del total; y Buitrago de Lozoya, con 643 inmigrantes, el 30,1 por ciento de sus vecinos.
Por nacionalidades, los ecuatorianos se concentran sobre todo en Madrid, Alcobendas y Colmenar Viejo; los marroquíes en el Oeste, como en Parla o San Martín de Valdeiglesias; los bolivianos, en Majadahonda o Manzanares El Real; los colombianos, en Las Rozas y San Sebastián de los Reyes; y los peruanos, en Tres Cantos.
Por su parte, los distritos de la capital con más presencia de inmigrantes son Centro, Carabanchel, Usera, Villaverde, Puente de Vallecas y Tetuán (entre el 19,5 y el 26,98 por ciento de la población), seguidos por Latina, Arganzuela, Villa de Vallecas, Vicálvaro y Ciudad Lineal (del 14,93 al 19,49 por ciento); y por Moncloa-Aravaca, Chamberí, Salamanca, Barajas y San Blas (del 12,97 al 14,92 por ciento).
En cuanto a las nacionalidades, destacan los bangladeshíes en Centro, los chinos en Usera, los franceses en Hortaleza, y los ecuatorianos en Arganzuela, Retiro, Salamanca, Chamartín, Tetuán, Chamberí, Latina, Carabanchel, Puente de Vallecas, Moratalaz, Ciudad Lineal y Villaverde.
LEY DE EXTRANJERIA
Durante la presentación del informe, Adrados ha asegurado que «el 81 por ciento de los inmigrantes comparte» valores con los españoles, y ha señalado que «una de las causas principales del descenso de la población inmigrante empadronada es «la profunda crisis económica» y la «falta de expectativas laborales» que la acompaña.
Sin embargo, «también hay decenas de miles de extranjeros en paro que deciden quedarse y no pueden renovar sus autorizaciones de trabajo y de residencia, incurriendo en irregularidad sobrevenida», ha añadido la consejera.
En este sentido, ha explicado que «el Borrador del Reglamento de Extranjería no ha supuesto una gran novedad en la gestión de las renovaciones de autorizaciones y, por lo tanto, no va a solucionar el problema».
Así, ha recordado la Comunidad de Madrid ha presentado «diversas enmiendas para mejorar el texto del Borrador», tales como la «eliminación de las limitaciones de territorio y sector para facilitar la movilidad de los trabajadores extranjeros por toda España y que los inmigrantes que retornen voluntariamente a su país no pierdan el permiso de trabajo, con el fin de facilitar su regreso a España tras pasar la crisis económica».