Familiares y amigos de las víctimas del atropello de tren acaecido hace un año mientras cruzaban las vías en la estación de Castelldefels-Platja han realizado este jueves un homenaje a los fallecidos con una ofrenda floral en el lugar de los hechos y un oficio religioso.
La Asociación de Familiares de las Víctimas de Castelldefels ha organizado este homenaje al que han asistido también el delegado de la Generalitat en Barcelona, Salvador Jorba; el alcalde de Castelldefels, Manuel Reyes; y el cónsul de Ecuador en Barcelona, Freddy Arellano.
El homenaje ha comenzado con una misa en la parroquia de Santa María de Castelldefels, donde el año pasado tuvo lugar el funeral de las víctimas.
Posteriormente, una treintena de familiares y amigos se han desplazado a la estación de Castelldefels-Platja donde han depositado una corona de flores en la entrada de la estación así como doce velas, una por cada una de las víctimas, e imágenes de algunos de los fallecidos.
Al acto han asistido también supervivientes del atropello como Angelina, una mujer que ha roto a llorar al pisar el andén y que ha explicado que el día de los hechos cayó a la vía empujada por la aglomeración de gente.
Según Angelina, que perdió la pierna como consecuencia del siniestro: «De golpe me vi perdida en la vía, no había luz ni nada, y apareció el tren y escuché como si cayeran piedras pero era el tren que iba desbaratando a todo el mundo».
Ha explicado que el suceso le ha cambiado la vida y la de sus hijas, una de las cuales «no duerme de noche, tiene que dormir acompañada porque tiene miedo».
Por su parte, Lidia de Jesús, una de las hijas de Angelina, ha explicado: «Había mucha gente y estaba todo muy oscuro, intentamos salir por el puente pero estaba cerrado y el batallón de gente nos tiró a las vías».
Durante el homenaje, el cónsul de Ecuador, Freddy Arellano, se ha mostrado esperanzado de que el proceso judicial aclare responsabilidades de los hechos y ha dicho que «si hubiera habido guardias de seguridad, como los habrá este año, esto no hubiera pasado».