Todo hace suponer que había cierta relación emocional entre asesino y víctima
Un profesor jubilado de 69 años falleció este 4 de noviembre de 2011 en Mérida a consecuencia de las puñaladas con un cúter que le asestó un joven de 21 años, que ya ha sido detenido como presunto autor del homicidio.
La Delegación del Gobierno en Extremadura informó en un comunicado que los hechos sucedieron en torno a las 16.00 horas del jueves en el número 5 de la calle de Publio Carisio, de Mérida, donde vivía el profesor.
En ese momento, por causas que se están investigando, un joven marroquí de 21 años agredió con un arma blanca al hombre, que falleció horas después en el Hospital de Mérida.
La coordinadora de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) en Extremadura, Maite Muñoz, informó de que se trata de Juan Antonio Montero, un profesor jubilado que colaboraba con ellos dando clases de español a inmigrantes y en las que conoció, según aseguró, al joven que ha acabado con su vida.
Muñoz ha asegurado que desconocen la identidad del joven detenido ya que el fallecido daba clases también en la CEAR a inmigrantes procedentes de otras instituciones.
La muerte de Juan Antonio Montero Luceño (muy conocido en la ciudad al haber sido director del céntrico colegio ‘Trajano’, además de profesor de Plástica) no se produjo en el acto ya que incluso ingresó consciente en el Hospital de Mérida tras recibir las puñaladas, donde incluso llegó a ser intervenido, aunque finalmente falleció horas después, durante esta pasada madrugada.
El suceso ha llenado de consternación a los vecinos del fallecido -conocido popularmente como ‘Manley’- y en general a toda la ciudad, donde era conocido por su labor como pintor, que además se dedicaba desde su jubilación hace una década a labores sociales con las personas marginadas, y fundamentalmente inmigrantes.
Precisamente, su última exposición, el pasado mes de febrero, tuvo como central, a través de óleos y acrílicos, el rostro de personas del pueblo africano.
La noticia causó estupor en la CEAR donde la víctima estuvo dando clases hasta el mismo día de su muerte, según informó a Efe la coordinadora de este colectivo.
La coordinadora de la CEAR asegura que «Montero era una persona íntegra, metódica, sociable y con empatía y, sobre todo, un gran compañero que nunca se buscó ningún tipo de problema».