El Gobierno brasileño necesita angustiosamente garantizar la seguridad durante el Carnaval
La huelga iniciada el pasado 31 de enero por policías del estado brasileño de Bahía (nordeste) ha permitido el aumento de asesinatos perpetrado por los llamados grupos paramilitares de exterminio.
El diario ‘Folha de Sao Paulo’ ha divulgado una declaraciones en las que el director del Departamento de Homicidios y Protección a la Persona de la Policía Civil de Bahía, Arthur Gallas, afirma que «esos grupos se están aprovechando de la huelga, que redujo el patrullaje, para ‘limpiar’ el área y matar a quien los estaba incomodando».
El jefe policial asegura que «hay evidencias» de que los llamados «milicianos», en su mayoría policías que actúan al margen de la ley y ex agentes, asesinaron a 38 de las 157 personas muertas por homicidio durante los 12 días que completa el paro en esa región.
La huelga para presionar mejoras salariales comenzó a perder fuerza hace dos días cuando 245 policías que estaban atrincherados desde la semana pasada en la Asamblea Legislativa de Bahía, entre ellos los líderes de la huelga, abandonaron el martes la edificación, que estaba cercada por 1.000 militares.
En Río de Janeiro, entre tanto, agentes de la Policía Militarizada, de la Policía Civil y del Cuerpo de Bomberos decretaron por el mismo motivo un paro indefinido en la madrugada de este viernes, a una semana de la apertura del Carnaval.
Según la Secretaría de Seguridad Pública del estado de Río de Janeiro, no se registraron incidentes de gravedad en el primer día de paralización y la adhesión a la huelga fue mínima entre los casi 70.000 miembros de las tres instituciones, que reivindican un ajuste de salarios.
La baja adhesión obedeció en parte a que, el jueves, la Asamblea Legislativa regional aprobó el anticipo de un reajuste salarial del 39% para los policías que estaba previsto para octubre de 2013, aunque los huelguistas reivindican un incremento mayor.
Garantizar la fiesta
Para combatir la huelga, el comando de la Policía detuvo a 50 policías que se negaron a trabajar y ordenó el arresto de los 11 acusados de haber organizado la paralización, nueve de los cuales ya fueron presos.
La mayoría de los policías detenidos fue liberada, pero 17 de ellos continúan detenidos a la espera de una decisión judicial de su situación.
A seis días del inicio del Carnaval brasileño, que concentra precisamente en Río de Janeiro y Salvador, la capital de Bahía, el mayor número de personas y turistas, las autoridades regionales intensifican las negociaciones para normalizar la situación y garantizar la seguridad en la fiesta popular.
En Salvador, que reúne en su carnaval cerca de dos millones de personas y es considerada como la mayor fiesta callejera del mundo, fueron desplegado varios miles de militares para reforzar la seguridad, mientras que en Río de Janeiro se ha descartado, por ahora, la presencia masiva del Ejército para garantizar las fiestas.