La prensa inglesa se pregunta si han sido víctimas de un asesino profesional, contratado ex profeso
Cuatro personas fueron asesinadas el miércoles cerca del lago Annecy, en la Alta Saboya francesa en un misterioso crimen que las policías de Francia y Reino Unido están tratando de esclarecer.
Tres de las víctimas -dos mujeres y un hombre- son miembros de una misma familia británica y han aparecido muertos en un coche.
La cuarta víctima es, según las pesquisas, un ciclista que circulaba por la zona. Dos niñas han sobrevivido a los asesinatos.
Una de ellas, herida de gravedad, permanece ingresada en estado crítico. Otra, de cuatro años, resultó ilesa y permaneció escondida en el vehículo bajo los cadáveres durante unas ocho horas.
La fiscalía francesa informa de que tres de las víctimas fallecieron por disparos en la cabeza.
Los fallecidos han sido descubiertos por otro ciclista, que quedó sumido en estado de shock.
Tres de los muertos se encontraban en el interior del vehículo, aparcado en una zona de estacionamiento en la carretera que discurre por la zona boscosa de Combe D’Ire, en la parte alta del lago Annecy.
En el automóvil, un BMW, estaban los cuerpos tiroteados de un hombre que supuestamente lo conducía y dos mujeres en los asientos de atrás.
La policía señaló que las víctimas forman parte de una familia británica que se encontraba de vacaciones en Francia en un camping situado en las cercanías de lugar del crimen.
La policía británica entró en la mañana de este 6 de septiembre de 2012 en el domicilio de las víctimas en busca de indicios sobre la autoría y móvil del crimen.
Cerca del coche se encontraba tirado en el suelo y muerto otro hombre, junto a una bicicleta. Todo apunta a que se trataba de un ciclista que pasaba por allí en el momento del crimen.
Tras la denuncia de otro ciclista se personaron en la zona los bomberos y la policía, que acordonaron el entorno. En el suelo había un gran número de casquillos.
En un primer momento los policías que llegaron al lugar del crimen no se percataron de la presencia de la niña escondida.
Solo cerca de la medianoche, cuando policías forenses procedieron a inspeccionar los cadáveres fue cuando los agentes descubrieron que la pequeña estaba viva e ilesa escondida bajo las piernas de uno de los cadáveres.
Los agentes explicaron que la pequeña les explicó que había escuchado disparos y gritos.
«Y poco más. Solo tiene cuatro años», indicó uno de los policías. La otra niña, de siete años, cuando fue encontrada ya estaba inconsciente por la gravedad de sus heridas.