Kevin McGill, de 48 años, se quiso marcar un tanto con sus jefes y se presento a trabajar dos horas antes de lo previsto.
El buen hombre, basurero él, se puso a recoger basura como un descosido -es su trabajo- con una inesperada recompensa: un mes de cárcel por haber violado las ordenanzas y haber molestado a los acaudalados residentes del barrio donde ejerció su trabajo, una zona residencial de Atlanta de alto postín.
ORDENANZA
Según da cuenta ‘Daily Mail‘, existe en Sandy Springs, localidad exacta donde tuvo lugar este suceso, una ordenanza que estipula que los trabajadores sólo pueden recoger y transportar basura entre las 07:00 horas y las 19:00 horas. Kevin McGill apareció unos minutos más tarde de las 05:00 horas.
Esta extraña situación ha provocado que la empresa denunciara al basurero, que se sorprendió cuando el juez pedía «la pena máxima» para él.
«Me quedé completamente de piedra. No sabía qué pensar. Me sorprendió mucho».
Y es que el fiscal encargado del caso, Bill Riley, asegura que las multas no parecen funcionar. «Hay que tomar medidas serias», aseguraba.