Muchas empresas prefieren contratar a personas solteras o sin cargas familiares
Hay líneas rojas que no deben traspasarse, y algunas de ellas están trazadas en el ámbito de la entrevista laboral. Ojo con ellas.
Y que el entrevistador, según nos recuerda ‘El Economista‘, no tiene permiso para preguntar cualquier cosa: hay límites protegidos por la Consitución española, para evitar la discriminación.
El artículo 14 de la Consitución establece que «los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, religión, opinión o cualquier otra condición personal o social». Por lo tanto, hay una serie de cuestiones sobre las que no se puede preguntar durante una entrevista, pues es ilegal y podría denunciarse al reclutador.
LAS ‘ILEGALES’
En concreto, y según señala el portal de empleo Infojobs, los aspectos protegidos para proteger el derecho a la intimidad son los siguientes.
1. Género
La discriminación por razones de sexo es una realidad palpable en el entorno laboral, como demuestra la escasa presencia de mujeres en cargos de respondabilidad y la brecha salarial existente entre hombres y mujeres.
Hay preguntas que indican una clara discriminación por género y que son ilegales como las relativas a los hijos o a la posibilidad de quedarse embarazada.
2. Estado civil
Muchas empresas prefieren contratar a personas solteras o sin cargas familiares, para evitar que esto pueda afectar a la productividad del empleado, pese a ser ilegal. Sin embargo, son temas que no se pueden tratar en una entrevista. El estado civil o la orientación sexual no deben abordarse.
3. Nacionalidad o raza
¿De dónde eres? ¿En qué país naciste? ¿Estás autorizado para trabajar en el país? Son cuestiones ilegales y denunciables.
4. Edad
La discriminación por edad también está presente en las empresas actualmente. Sin embargo, preguntas sobre la edad, el año de nacimiento o en el que se licenció una persona son totalmente ilícitas.
5. Religión
Está prohibido hablar sobre creencias religiosas en la entrevista. No se puede preguntar ni por la religión, ni si se es practicante, ni siquiera si se es ateo.