Suplen la dificultad del idioma con el corazón, el mismo que ponen en todos y cada uno de los ejercicios contrarreloj con los que entrenan a las tropas iraquíes, mermadas tras la caída de Saddam Hussein.
Son los militares españoles que, en número de 300, se encuentran en Irak con la coalición internacional que lucha contra el temible Estado Islámico bajo la coordinacion de EEUU.
Allí, en el campo militar de Besmayah, al sur de Bagdag, muchos de ellos se dejan la piel.
UNA DIFÍCIL Y ARRIESGADA MISIÓN
Y es que los integrantes de este Ejército de Tierra, que tienen de plazo 6 meses para lograr su objetivo, se juegan el pellejo en una misión que conlleva innumerables riesgos. No en balde se teme que los terroristas se hayan inflitrado ya entre los nuevos reclutas iraquíes con aviesas intenciones.
Sea como fuere, el caso es que a los españoles no le duelen prendas a la hora de jalear a los torpes soldados bajo sus ‘órdenes’, a quienes no dudan en animar incluso con cánticos del Real Madrid o con varipintas frases, que van desde el «¡Ta, ta, ta!», hasta el «¡pum, pum!».
Es la llamada ‘Operation Inherent Resolve’, el nombre que el Pentágono le ha dado a la misión: tácticas de movimiento, disparo de armas largas, asaltos a edificaciones, uso de fuego de mortero o creación de trincheras y puestos de cobertura.