William MacDonald, conocido como ‘El Mutilador’, era un asesino en serie que se ensañaba como pocos con sus víctimas: las apuñalaba y luego les arrancaba los genitales.
Los asesinados eran vagabundos varones, a los que invitaba a beber para luego matarlos en cualquier lúgrube callejón.
CADENA PERPETUA
Según recuerda ‘Mirror‘, así quedó claro en el juicio al que se le sometió en el año de 1963, que lo condenó a prisión perpetua por el homicidio de cuatro hombres en las australianas calles de Sídney.
El pasado martes 12 de mayo de 2015 murió a los 90 años, tras pasar 52 años encerrado, el tiempo de condena más largo que ha padecido cualquier persona en Australia.
Cuando cumplió 25 años de pena, William MacDonald ya era otra persona, según se hace eco ‘Infobae’.
Ese mundo que tanto había aterrorizado con su barbarie, empezaba a espantarlo a él.
A pesar de tener el derecho a pedir la libertad condicional, en ese momento prefirió quedarse en el penal de Long Bay. Y así vivió durante otros 27 años, acobardado frente a lo que había hecho.
SUS MOTIVOS
MacDonald decía que se había convertido en un trastornado asesino en serie como consecuencia de una violación sufrida cuando integraba las tropas británicas en la Segunda Guerra Mundial.
Desde entonces, empezó a escuchar una voz en su cabeza que le decía «mata, mata, mata».