Un prisionero del Estado Islámico (EI) acusado de ser un espía sirio aparece en un vídeo de los yihadistas, ataviado con el habitual mono naranja, cavando su propia tumba minutos antes de ser decapitado.
En el vídeo, la víctima de los yihadistas, cuyo rostro y parte superior del cuerpo están marcados por innumerables cortes y moratones, es primero obligado a ‘admitir’ sus malas acciones.
Describe en árabe su trabajo como espía:
«Maté a Abu Hassan y el Estado Islámico vino y me capturó»,
según recoge ‘Daily Mail‘.
El cautivo, de nombre Ziad Abu Tarek Abdel’al y que afirma proceder de Al-Qaryatayn, es filmado caminando descalzo con un mono naranja, un hacha de pico y una pala, antes de cavar su propia tumba.
La pasada semana, Estado Islámico difundió imágenes mostrando cuerpos decapitados esparcidos por las calles llenas de sangre en Palmira, cerca de Al-Qaryatayn, tras la toma de la histórica ciudad.