Los yihadistas siguen con sus ‘castigos religiosos’, que funcionan a su juicio a modo de «advertencia y elemento disuasivo para los incrédulos, los no creyentes y los infieles».
La sharia o ley islámica castiga con la muerte a los homosexuales, con los que no se tiene piedad aguna.
EN RAQQA
En esta ocasión las imágenes de una de estas atroces ‘ejecuciones’ nos llega desde Raqqa, uno de los puntos más estratégicos dentro del mapa de Siria.
A cien kilómetros desde Alepo, es la capital autoproclamada del Estado Islámico.
Un sirio, atado de pies y manos, es lanzado al vacío ante una muchedumbre, que le apedrea tras caer a tierra hasta rematarlo.
Un miembro del EI advierte a la persona que filma la escena que no debe hacerlo:
«Oye hermano Abu Al-Harith. No se permite la cámara. Apague la cámara «.