Junto a la amante del marido alimentaron a una víctima con carne de su madre

El satánico relato del matrimonio de caníbales que hizo empanadillas con 7 mujeres pobres

Anuncian al mundo su obra 'Revelaciones de un esquizofrénico', un libro donde se detallan todos sus rituales, justificados en "la purificación de almas"

El satánico relato del matrimonio de caníbales que hizo empanadillas con 7 mujeres pobres
El trío de caníbales PD

Jorge Beltrao Negromonte, su esposa Isabel Pires y la amante del primero, la joven de 25 años Bruna da Silva, fueron condenados en el año 2013 a 23 años de cárcel por asesinar y comerse a siete mujeres.

Hacían empanadillas con ellas y, con lo que sobraba de sus comidas, las vendían por los mercados y plazas del municipio brasileño de Garanhuns, Estado de Pernambuco, donde vivían.

El matrimonio, -de 51 años de edad ambos-, formaba con su compinche lo que ellos llamaban ‘El Cártel’, una especie de secta que buscaba «limpiar el mundo» en una satánica cruzada.

Llegaron a secuestrar a la hija de una de sus víctimas, -siempre féminas entre los 17 y los 35 años de edad-, a la que alimentaron con la carne de su propia madre.

UN PERVERSO LIBRO

Ahora, desde la cárcel, Negromonte acaba de conceder una entrevista, y ha aprovechado para dar a conocer al mundo su obra: un libro titulado   ‘Revelaciones de un esquizofrénico’, en el que se detallaban todos sus rituales caníbales, justificados en la purificación de almas.

Años después, así, se conocen algunas imágenes de este aberrante relato.

En los bocetos se puede ver a mujeres descuartizadas en un baño, rituales satánicos en los que se mutila y tortura a la gente y otras atrocidades difíciles de comprender para una mente cuerda. 

«Para mí la carne humana no es diferente de la de vaca. Tiene el mismo sabor y la consistencia suculenta. No es más deliciosa que un bistec, pero tampoco es menos. La carne duraba tres o cuatro días. La comíamos en el almuerzo y en la cena, hasta que se acababa»,

contó Negromonte al DailyMail durante la primera entrevista que concedió desde la cárcel.

En el diálogo que mantuvo con el periódico británico, contó que su fuente de inspiración fue un libro de brujería, llamado Wicca, donde se explicaba que comer la carne de un pecador era una forma de autopurificación.

SUS ‘RAZONES’

También dijo que empezó a matar a las mujeres de bajos recursos que tenían hijos en compensación porque él y su esposa no habían podido ser padres, por razones de salud.

La justificación para las atrocidades que les hacían era que habían traído al mundo niños sin tener nada para darles.

«No sé si eran inocentes. No sé tampoco de dónde venían, Bruna se encargaba de ello. Pero el dolor de sus familias, su sufrimiento, es el mismo que yo padezco. También yo sufro el dolor de no tener familia. Yo me veo como una víctima».

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