Primeras noticias de deserciones del grupo extremista islámico de Nigeria
Miembros de Boko Haram les cortaron la garganta a 11 supuestos traidores, narraron este viernes 3 de julio de 2015 testigos, en lo que son las primeras noticias de deserciones del grupo extremista islámico de Nigeria.
Los combatientes llegaron antes del atardecer al pueblo de Miringa, en el noreste del país, y comenzaron a visitar casa por casa, según Muhammad Kimba, habitante del lugar. «De hecho, arrastraron a 11 personas a los terrenos de oración del Eid al Adha, a las afueras del pueblo, y los masacraron a todos», dijo Kimba.
Es el quinto ataque de Boko Haram registrado en una semana que dejó 173 muertos, en lo que parece ser un cumplimiento de las órdenes del grupo Estado Islámico de incrementar los atentados durante el mes sagrado del Ramadán. Boko Haram se convirtió en filial del grupo Estado Islámico en el oeste de África a inicios del año.
INMOLADAS
El jueves, una mujer y una niña con explosivos amarrados al cuerpo se inmolaron en un mercado y un punto de revisión militar, causando la muerte de 13 personas en la población de Malari, justo a las afueras de Maiduguri, según Abba Shehu, un guardia de seguridad.
En el atentado más letal, los extremistas atacaron el miércoles varias mezquitas en la localidad de Kukawa y mataron a tiros a casi 100 fieles. Kukawa está ubicado a 180 kilómetros (110 millas) al noreste de Maiduguri.
Los extremistas, que quieren imponer una versión estricta de la sharia en Nigeria, a menudo centran su ofensiva en mezquitas en donde los sacerdotes se manifiestan en contra de su postura radical.
A pesar de que también han atacado iglesias, los musulmanes conforman gran parte de los cerca de 13.000 asesinados durante los seis años del levantamiento islámico. Además, cerca de 1,5 millones de personas han dejado sus hogares.
Boko Haram se apoderó de gran parte del noreste de Nigeria el año pasado e incluso incrementó su presencia a través de la frontera. Un ejército multinacional y países vecinos replegaron a los extremistas a la selva, pero se incrementaron los ataques en aldeas y poblados.
El presidente Muhammadu Buhari condenó los más recientes atentados y los calificó como «actos desesperados» que subrayan la necesidad de un despliegue total del ejército multinacional.