Los cuerpos de dos personas que exhibían signos de tortura fueron colgados en un puente carretero de Michoacán, un violento estado del oeste de México, informó este viernes la Fiscalía local, que sospecha se trata de una acción del crimen organizado.
Automovilistas que pasaban esta mañana del viernes 3 de julio de 2015 por la autopista que conecta Michoacán con la capital de México se percataron de la presencia de los cuerpos de dos varones jóvenes y dieron parte a la autoridades, dijo a la AFP Magdalena Guzmán, vocera de la Fiscalía michoacana.
«Hasta el momento, se desconocen la identidad de los muertos, así como el móvil del crimen, aunque por las características se presume que una organización criminal podría estar detrás del hecho»,
precisó la funcionaria.
Los narcotraficantes mexicanos suelen asesinar a sus enemigos o víctimas para luego exponer en vías públicas sus cuerpos, a veces cercenados.
ACTOS COTIDIANOS
Los macabros hallazgos de cadáveres colgados de puentes llegaron a ser casi cotidianos en años pasados, aunque últimamente se volvieron mucho menos frecuentes.
Este mismo viernes en la región de Zamora, también en Michoacán, se registró un enfrentamiento entre fuerzas de seguridad y presuntos delincuentes en el que murieron dos de los pistoleros y un uniformado, informó a la AFP una fuente de la Fiscalía estatal.
Estos hechos ocurren un día después de la renuncia del secretario de Seguridad Pública de Michoacán, Javier Ocampo.
Michoacán estuvo asolado durante años por Los Caballeros Templarios, un sanguinario cártel narcotraficante que tejió vínculos con las autoridades locales y que actualmente se encuentra desmantelado con la captura o abatimiento de sus principales líderes.
La violencia derivada del narcotráfico alcanza también al estado de Veracruz, cuyas rutas de trasiego de drogas a Estados Unidos son disputadas por los cárteles Los Zetas, Nueva Generación y del Golfo.
En ese estado, cinco presuntos delincuentes «fueron abatidos» el jueves por policías municipales de Orizaba, en un enfrentamiento cuyo fuego cruzado alcanzó a herir a un menor de edad.