En el Tribunal de lo Criminal de Melun (al este de la región de París) ha comenzado el juicio contra Christophe Champenois y Charlène Cotte por la muerte el 25 de noviembre de 2011 de su hijo Bastien, de tres años.
Según Mail Online, el Ministerio Público acusa a Christophe de haber metido a su hijo en el interior de la lavadora y de haberla puesto en marcha con la intención de darle un escarmiento por su mal comportamiento en el colegio.
Para ello se basa en los testimonios de la hermana mayor de Bastien quien ha descrito a los investigadores el carácter violento de su padre así como los detalles que llevaron a la muerte de su hermano.
Según sus decalaraciones, vio como su padre introdujo a su hermano en la lavadora y la puso en marcha.
También ha sido vitales los testimonios de la madre de Bastien y expareja de Christophe sobre la que recae la acusación de complicidad en la muerte del pequeño.
Asegura que su exmarido se fue a navegar por Internet mientras la lavadora funcionaba con su hijo dentro. Añade que aunque intentó salvarle, fue apartada violentamente por su expareja.
Un vecino que intentó mediar para evitar la tragedia, solo alcanzó a ver el cuerpo «como congelado, completamente desnudo» de Bastien. Asegura que parecía «un juguete, todo blanco y blando».
El abogado de Charlène ha afirmado ante la sala que su defendida era «mujer rota que perdió al hijo que amaba», pero que fue incapaz de protegerlo por miedo a su marido.
Paralelamente, varias agencias de protección de la infancia han reclamado responsabilidades al Estado por el fallo de los servicios sociales a la hora de detectar los serios problemas por los que atavesaba la familia.
Tanto el padre como la madre podrían ser condenados a cadena perpetua en una sentencia que se espera para el próximo viernes.