No es que se hubiera leído la historia de Abraham y de su hijo Isaac, y quisiera hacer un remake versión islámica del episodio, añadiéndole un final no tan feliz… se supone.
Pero el caso es que al tipejo que protagoniza el brutal vídeo, AK-47 versión clásica en bandolera y turbante en ristre, no se le ocurrió nada mejor para probar su lealtad al nuevo califa líder del EI, Abu Bakr al-Siddiq, -nombre elegido del suegro de Mahoma-, que llevarse a un desierto de Arabia Saudí a su primo.
Y no lo hizo para ofrecerle una comida en plan campestre y mandarle luego las fotos al mentado, sino para matarle de un tiro en la cabeza a sangre fría.
Se conoce que ese día no estaba ni su mujer ni su hijo en casa, y no tenía a nadie más a mano.
El fanático árabe le ató las manos, lo puso a la sombra y, antes de dispararle, lanzó una arenga cara a la cámara para que quedara claro el porqué de su acción.
Le acusaba, -quizás para que la cosa no fuera tan cruda-, de haber ayudado a los cristianos, algo que el aludido negaba tajantemente mientras imploraba en vano, antes de ponerse de espaldas al ver venir su trágico final.
Al verdugo, las súplicas la trajeron al pairo:
«Juro lealtad a Abu Bakr al Baghdadi, escuchar y obedecer, en tiempos difíciles y en los buenos tiempos. Nos pidió para matar a los soldados de los tiranos Al Saoud , protectores de los cristianos, y aquí estamos obedeciendo su orden , en servicio de Alá y su profeta , ningún incrédulo muere, y este chico es un ejemplo para usted al Salul» .
El desventurado masculla entre sollozos:
» Msaaed, te juro que no, por favor, no …»
Y sigue rogando por su vida, hasta que le vuelan la cabeza con la bala explosiva de rigor.
El asesino ‘bendice’ la hazaña:
¡»Allahu Akbar!» «¡Allahu Akbar!»
Al parecer, tanto el autor del disparo como el hermano de éste, -que filmó la escena-, han recibido su castigo: el primero fue abatido a tiros por la Policía, y el segundo ha ido a parar con sus huesos a la cárcel.