El confeso maltratador la esperó con alevosía y premediación, cuando regresaba a su casa en compañía de la madre.
Con ayuda de un compinche la empezó a dar de machetazos por todo el cuerpo, una y otra vez, ante la impotencia de una mujer que poco podía hacer para salvar a su hija de tamaño ataque.
Ocurrió en Malasia, en Port Dikson. Uno de ellos era el despechado novio, quien días antes había prendido fuego la vivienda donde vivía con la víctima.
La joven salvó milagrosamente la vida, aunque se encuentra en situación crítica en un hospital.
A los dos asaltantes los busca la Policía.