De no ser por la Policía de Texas, que interceptó el camión en la frontera, no lo cuentan.
Son 39 inmigrantes que viajaban hacinados y sin ventilación, en el remolque del vehículo, procedentes de Guatemala, El Salvador y México.
A punto de las asfixia y transportados como ganado, iban 28 hombres, siete mujeres y cuatro niños, todos a punto de desvanecerse y con principios de deshidratación.
Salen del camión desesperados, prácticamente sin oxígeno para respirar, no conseguirán quedarse en EEUU pero al menos han salvado la vida.
El conductor, de 33 años, fue detenido y se enfrenta a una pena de 10 años por tráfico de inmigrantes indocumentados.