Se ha caído con todo el equipo. Y no precisamente el marido, como cabría imaginarse, sino su esposa que tuvo la ocurrencia de grabarle en la cocina acosando a la empleada doméstica.
Y es que en Arabia Saudí las cosas van un poco al revés, y le han dado para el pelo a la mujer: un año de cárcel y 100.000 euros al cambio de multa.
Subió las imágenes de la discordia a Internet, con la frase «el mínimo castigo para este hombre es escandalizarlo».
Pero no contó con que el esposo se sintiera ofendido por lo hecho, y la demandara por «crimen tecnológico». De acuerdo a las leyes de ese país, ha incurrido en un delito de difamación, con la mentada pena.