En estado de shock, sin saber qué hacer, el conductor del autobús siniestrado en la localidad francesa de Puisseguin declaraba a todo el que quisiera escucharle que «no pudo evitar el camión que se encontró en su camino».
Así lo ha contado un médico, Philippe Flipot, que atendió al conductor del autobús accidentado este viernes 23 de octubre de 2015 en la región francesa de Gironda, y que ha dejado un terrible saldo de más de 43 víctimas mortales.
A mitad de la tarde del viernes, los servicios de emergencia anunciaron el hallazgo del cuerpo de un niño pequeño, entre los escombros del camión. La mayoría de víctimas han perecido por el fuego que se declaró en el bus después del choque frontal.
El cuerpo sin vida del pequeño, que ya ha sido identificado, fue hallado «junto al conductor del camión», ya que era su hijo de tan solo 3 años de edad.
Eran poco más de las 7:30 de la mañana cuando cerca de la ciudad de Puisseguin, justo al margen de los viñedos de Saint Emilion, se producía la colisión frontal entre un autobús y un camión. Ambos vehículos se incendiaron de inmediato.
Ocho pasajeros del autobús lograron escapar de la trampa de fuego: cuatro de ellos se encuentran en «estado grave». Los pasajeros eran miembros del club de la tercera edad de Petit-Palais-Cornemps (Gironda), que habían salido temprano para una visita cultural.
Los jubilados se prometían un fin de semana de turismo regional, en Arzac, en el departamento de los Pirineos, que incluye el País Vasco francés. Todos los jubilados pertenecían al club de tercera localidad de su pueblo, que solo tiene 756 habitantes.
