Marcus Johnson, un preso en el estado de Georgia, EEUU, se va a ir al otro barrio sin poder ver cumplido su último deseo: beberse seis cervezas en vez de la habitual cena.
Según da cuenta ‘NBC‘, las autoridades de la cárcel negaron su solicitud, alegando que se trataba de un artículo de contrabando.
Asimismo, se tomó la decisión de que el preso reciba la alimentación ordinaria, igual que todos los demás reclusos.
La ejecución de Johnson, de 50 años, condenado por violar y asesinar en 1994 a una mujer, estaba prevista para este jueves 19 de noviembre de 2015.