Al menos 14 personas murieron y otras 17 resultaron heridas en un tiroteo ocurrido en la mañana del miércoles 2 de diciembre de 2015 en las oficinas de una organización que trabaja con personas discapacitadas en la ciudad de San Bernardino, en el sur de California (oeste de EE.UU.).
Horas más tarde, lo sdos asesinos -un hombre y una mujer que parecen ser matrimonio- resultaron muertos en una calle de la ciudad luego de un enfrentamiento con la policía.
Una tercera persona está bajo la custodia de las autoridades, pero todavía no se ha confirmado si está vinculada con los incidentes.
Todavía se está intentando establecer si otro sospechoso se encuentra fugitivo.
Agentes del FBI están allanado una casa en la vecina ciudad de Redlands como parte de la investigación sobre el ataque, el que más muertos ha dejado en EE.UU. desde la masacre de la escuela de Sandy Hook de diciembre de 2012, en la que 26 personas perdieron la vida.
Se cree que en la vivienda puede haber artefactos explosivos.
Por el momento todavía no se ha establecido la identidad de los atacantes y sus posibles motivos.
Las autoridades no descartan que se trate de un «acto de terrorismo», con el FBI apuntando a la hipótesis de «terrorismo doméstico».
Rifles de asalto
El ataque contra las oficinas del Inland Regional Center se produjo a eso de las 11:00 am hora local (19:00 GMT).
Según el jefe de la policía local, John Burguan, los atacantes portaban «armas largas» e iban vestidos con ropas de tipo militar.
«Vinieron preparados para hacer lo que hicieron, como si estuvieran en una misión», dijo Burguan.
La cadena local KABC-TV entrevistó a un hombre que aseguró que su mujer trabaja en el edificio en el que ocurrió el tiroteo y que esta vio como un hombre entraba en las oficinas y empezaba a disparar.
Otro hombre contó haber recibido un mensaje de su hija que decía: «Tiroteo en mi trabajo. La gente está atrapada en la oficina, esperando a la policía. Reza por nosotros. Estoy atrapada en mi oficina.»
Imágenes emitidas por la televisión estadounidense instantes después del tiroteo mostraban una elevada presencia policial y de ambulancias en la zona del tiroteo y gente abandonado un edificio con las manos en alto.
Un equipo de desactivación de explosivos también acudió al lugar del tiroteo.
Una representante del Inland Regional Center le explicó a medios locales que el tiroteo ocurrió en una sala de conferencias en la que se estaba llevando a cabo una celebración del departamento de Salud Pública del condado.
Algunos reportes sugieren que la actividad puede haber sido el blanco del ataque.
Y los primeros reportes sobre el tiroteo apuntaban a la participación de «hasta tres tiradores», que huyeron de la escena en un automóvil de color oscuro.
Cuatro horas después del ataque, la policía detuvo un vehículo con esas características.
Durante el consiguiente enfrentamiento, en el que los dos tripulantes del vehículo resultaron muertos, un oficial de policía también resultó herido.
Los dos muertos -un hombre y una mujer- vestían ropas tipo militar y tenían en su poder pistolas y rifles de asalto, lo que parece confirmar su relación con el tiroteo de la mañana.
Ahí también se arrestó a un hombre que trataba de huir de la escena, pero su posible vinculación con los incidentes no ha sido establecida.
El presidente de EE.UU., Barack Obama, fue inmediatamente informado de la situación.
«Algo que sabemos es que hay un patrón de tiroteos en este país que no se da en ningún sitio del mundo», dijo Obama tras conocerse la noticia.
«Se pueden tomar algunas medidas, no para eliminar todos los incidentes, sino para asegurarnos de que suceden con menos frecuencia».
La matanza de San Bernardino ocurrió menos de una semana después de que un hombre matara a tres personas en una clínica de servicios reproductivos de Colorado.