No se sabe a santo de qué realizaron esa macabra acción, pero el caso es que irrumpieron en la casa donde se celebraba el funeral de Marcos Alessandro Arcelino da Silva, conocido por el apodo de ‘Praiano’, y le acribillaron a tiros en su ataúd.
No contentos, los traficantes de drogas le rociaron con gasolina, prendiéndole fuego.
Al ahora finado lo habían cosido a balazos días antes la Policía Militar en la misma vivienda, junto a su novia y a otros tres hombres, en el municipio de Fortaleza, Brasil.
Los familiares de las víctimas, afirman que jamás habían participado en ninguna actividad criminal.