Los del Frente al Nusra, afiliados a Al Qaeda en Siria, lo tienen muy mal cuando caen prisioneros en su cruenta batalla contra el empecinado Bashar Al Assad.
Esta vez les han atrapado con las manos en la masa, -o en las bombas-, una facción del autodenominado Estado Islámico, llamada Shuhada al Yarmouk, quien les da ‘pasaporte’ con una brutalidad acorde a su mentalidad.
Tras confesar sus crímenes, los desventurados caminan hacia su destino, custodiados por encapuchados. Visten ropa de calle. Son tres, y llevan adosado a sus cuerpos, con una cinta plástica transparente, explosivos y cables para los detonadores.
Arrodillados y atados espalda con espalda dos de ellos esperan la ejecución. Sólo, a un lado, está el tercer prisionero. Rezan.