El coche bomba iba directo hacia una trinchera de las fuerzas kurdas Peshmerga. Lo pilotaba un yihadista suicida del EI, que poco se esperaba que iba a saltar por los aires de una forma algo distinta a la que se esperaba.
Según da cuenta ‘Rússkaya Vesná‘, las fuerzas kurdas le ordenaron que se parara inmediatamente, a lo que el ocupante del vehículo reaccionó pisando más a fondo el acelerador.
El tanque lanza un primer disparo de aviso, y un disparo posterior consigue destruir la potencial amenaza.