Es la ley de la selva, y poco o nada se puede hacer. Las cárceles de Brasil son las más peligrosas del mundo, caso de las situadas en el Estado brasileño de Pernambuco, donde el control es llevado sin piedad por los presos más peligrosos. Solo hay un guarda por cada 31 reclusos, y como si no estuviera…
Las imágenes que nos ocupan dan cuenta de esta caótica situación, y el protagonista es un reo condenado por la violación y asesinato de su hijo de tres años de edad.
Los compañeros, aprovechando una salida al patio, le rodean y empiezan a pegarle con todo lo que pueden.
El agredido, aunque trata de huir, es alcanzado y rematado a golpes con tuberías de plástico, patadas y puñetazos. Es la venganza carcelaria.
Tras la agresión, falleció.