Hay terroristas que hacen méritos de cualquier manera, auque sea a costa de sus propios compañeros. Es el caso de uno de los protagonistas del vídeo sobre estas líneas, quien durante una refriega callejera en Siria entre milicias, le dispara a su propio compañero en una mano, destrozándosela.
El trío está en un callejón enzarzado con sus fusiles de asalto Kalashnikov, y a uno se le va la mano, valga la redundancia.
En vista del desaguisado, y antes de pifiarla aún más, se baten en retirada.