El francotirador del Servicio Aéreo Especial británico, SAS, solo necesitó una bala especial. La disparó con su rifle Dan.338 de fabricación israelí e hizo estallar la cabeza del comandante del ISIS que estaba enseñando a 20 acólitos cómo decapitar a destajo.
El tiro, -realizado con el arma fabricada por Israel Weapon Industries en colaboración con las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF), y cuyas sus cualidades se basan en la potencia, precisión, capacidad de customización, ergonomía, facilidad de transporte y polivalencia-, alcanzó al mentado desde una distancia de… ¡1.200 metros!.
El hecho ocurrió en un pequeño poblado en el norte de Siria cuando el comando especial británico se apostó en un refugio y esperó el momento exacto para disparar.
Un testigo del hecho relató lo sucedido a ‘Daily Express‘:
«En un minuto estaba parado allí y al siguiente su cabeza explotó».
El pánico se apoderó del resto de los yihadistas presentes. Teniendo en cuenta la distancia del disparo y el viento que suele haber en la región, la mayoría de estas operaciones requieren de al menos dos disparos. Sin embargo, la precisión de comando SAS fue tal que el primer proyectil terminó con su vida.