El castigo por huir como ratas de Heet, ciudad situada en la provincia iraquí de Al-Anbar, sienta un nuevo precedente en la forma de ejecutar del autodenoninado Estado Islámico.
Por si fuera poco ante tanta cabeza cortada y tanto prisionero quemado vivo, ahora los yihadistas se decantan por congelar a sus víctimas, en una cruel tortura que pone los pelos de punta.
Según da cuenta ‘American Herald Tribune‘, el grupo terrorista metió a 45 compañeros de filas -que habían desertado en plena batalla- en igual número de congeladores del depósito de cadáveres de Mosul.
Allí los tuvieron durante 24 horas hasta que murieron congelados.
Posteriormente, los cuerpos fueron llevados hasta la entrada de la ciudadpara dar ejemplo.
Este sistema de tortura supone un cambio drástico en el sistema utilizado hasta ahora por los terroristas, quienes preferían acabar con sus enemigos quemándolos vivos.
Así quedó demostrado en 2015, cuando el DAESH asesinó a 45 iraquíes en una ciudad ubicada al oeste de Irak y acabó con la vida de un piloto jordano al-Kasasbeh -encerrado en una jaula- mediante este sistema.
Este último caso, de hecho, fue grabado en vídeo y se viralizó inmediatamente a través de las redes sociales.
«Estos grupos terroristas han profanado todos los valores humanos. Están perpetrando los actos más atroces contra los pueblos iraquí, chiíta, sunita, cristiano, turco y yazidí»,
explicó el embajador de las Naciones Unidas Mohamed Ali Al-Hakim.