Se despiden entusiasmados de un colega con el dedo índice apuntando al cielo, a bordo de un improvisado tanque que da idea de su ‘nivel’:
«¡Dale recuerdos a mi madre, tened cuidado, que Alá te acepte!».
Van rumbo al campo de batalla para darles lo suyo a las tropas peshmerga kurdas en el norte de Irak, a 50 kilómetros al norte de Mosul. Y no saben lo que les espera.
Son unos pardillos del ISIS, nada avezados en el uso de las armas, a quienes acompaña otro recluta aún más patoso, aunque muy puesto en las nuevas tecnologías. No en balde lleva una cámara Gropro en la cabeza, para dejar así testimonio de su prometedora avanzadilla yihadista.
CHAPUZA EN TODA REGLA
En las imágenes, a las que ha tenido acceso en exclusiva ‘Vice News‘, -y recuperadas más tarde por las fuerzas kurdas- puede verse cómo empieza el desastre, después de que el bocazas de turno hable ante la cámara para ofrecer un «mensaje» sobre
«las operaciones de martirio, que son el camino más cercano al paraíso».
Y a fe cierta que lo consiguen. No tardarán en llegar a ese ansiado lugar, todos. El lío que se arman con las armas es de espanto. En un momento dado casi se vuelan la cabeza entre sí, con un eco de gritos de reproche mezclados con otros de pánico en medio de la chapuza:
«¡Tened cuidado y no disparéis a nuestros hermanos!».
El bombazo final no tarda en llegar. Mientras uno da cuenta de que está fatal por el efecto de las balas, los otros aprovechan para darse el piro a rastras, aunque no tardarn en caer acribillados. Una masacre en toda regla.