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Ahora se pudre en prisión, esperando ser ejecutado, pero en lo vídeos que corren por Internet aparece flanqueado por sus compañeros y sacando pecho con sus 200 kilos de peso tirando por lo bajo.
Era el terrible y gigantesco verdugo del DAESH, al que se le conoce con el apodo de ‘Bulldozer’, y que aparecía esta vez en la última y atroz entrega del autodenominado Estado Islámico, en un vídeo titulado ‘Aplastando a los enemigos’, donde ejecutan a tres soldados de Yemen de las formas más variopintas. (‘Bulldozer’: el verdugo gigante del Daesh que amputa manos y pies a niños).
Los terroristas pasan en principio a cuchillo a uno de ellos para, después, sentar en una silla a la siguiente víctima para coserlo a balazos.
El tercero corre peor suerte, si cabe. Se le apoya en el suelo y se le tira encima de la cabeza una roca enorme, que le destroza el cerebro.
Las imágenes son aterradoras. El desventurado abre los ojos empapado en sangre mientras agoniza…
Los salvajes yihadistas les acusaban de formar parte del Ejercito yemení, que combate con dureza contra el grupo extremista.
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