Están fatal de los nervios. Tanto Captagón, tanta derrota y la presión que les supone las importantes pérdidas militares, territoriales y económicas en Irak y Siria, hacen que cada vez se les vaya más la olla.
Y es por eso que ahora se dedican a matar a sus propios combatientes, en una espeluznante forma de ejecución donde rabiosos perros hambrientos son los protagonistas. (El arma secreta del Estado Islámico para poder decapitar y violar a mansalva se llama ¡Captagón!).
La información llega de la mano de Hasan Khala Hasan, un comandante kurdo que estuvo luchando en el norte de Irak contra los terroristas, según da cuenta ‘Alalam‘.
Afirma que los cabecillas del autodenominado Estado Islámico que no cumplen con sus obligaciones, esto es, ganar batallas o hacer cumplir a rajatabla los preceptos de la sharia entre sus subordinados, son atados a los árboles y comidos vivos por jaurías de perros hambrientos. Es su nueva forma de castigo para que nadie se salga de madre.
«ISIS utiliza a cualquier miembro que considera inútil para asustar al resto de los combatientes»,
asegura Dler Ahmed, sociólogo kurdo.