En Ohio, Cincinnati, Thomas Robinson, de 23 años, estaba siendo interrogado por la Policía por la muerte a tiros de un adolescente de 17 años, cuando llevo a cabo una acción desesperada.
Aprovechando que estaban quitándole las esposas, se abalanzó al arma reglamentaria del agente, con la intención de quitarsela. Éste se dio cuenta a tiempo y comenzó un forcejeo que acabó cuando otro Policía entró en la sala y disparó una pistola eléctrica.