La desventurada chica de 15 años, cuyos apellidos son Ayala Condori, no quiso acudir a un hospital tras ser violada el viernes 26 de agosto de 2016 por seis sujetos, -entre menores y adultos-, y se refugió en casa de una amiga por «vergüenza» y miedo a ser castigada por sus padres. Sucedió tras acudir a una fiesta a la que le habían invitado vía Facebook, lo que en esos lares se da en llamar ‘privaditas’, reuniones donde los anfitriones drogan a sus víctimas para hacer orgías sexuales.
Los autores ya habían hecho lo propio días atrás con otras menores, aunque en esa ocasión no «se les fue la mano», tal y como han contado ahora algunos de los implicados tras ser capturados.
La menor llegó a la vivienda de su compañera sangrando profusamente y, al cabo de un día y debido a los fuertes dolores que padecía, decidió acudir al centro médico de Ayacucho, ciudad peruana donde tuvieron lugar los hechos. Allí fue intervenida quirúrgicamente.
El martes por la noche, y debido a una infección generalizada, fallecía: la habían metido una botella de cerveza en el ano provocándole la rotura del conducto interno y externo.
Según informan medios locales, la Policía Nacional de Perú está investigando el caso, y y ya hay varios detenidos, entre ellos dos menores. Les han cazado porque la menor, antes de morir, le contó a su hermano lo sucedido y la identidad de algunos de los autores. Contó también que una de sus amigas había grabado en el móvil el ataque sexual.
La amiga de la víctima que grabó las escenas, y que está acusada de ser cómplice de los atacantes, participó en la reconstrucción de los hechos y le dijo a la Policía que «la reunión del viernes había sido debidamente planificada para realizar este acto» pero que a ella y a sus amigos «se les fue la mano» y no querían que la muchacha falleciera.