Están por todos lados (Pena de muerte para el terrorista islámico que asesinó a ocho personas en Nueva York).
Este es un ghanés de 39 años que esperaba el permiso de asilo en Roma y que, a pesar de tener numerosos antecedentes penales, andaba suelto por las calles italianas haciendo de las suyas (Esta yazidí ex cautiva del Estado Islámico se topa a su captor en Alemania, donde vive como refugiado ).
Su fechoría fue, sin embargo, de las que hacen época: destrozado 1 de octubre de 2016 cuatro iglesias católicas hecho una furia.
El vídeo sobre estas líneas da cuenta del destrozo que causó en una de ellas, la de San Vitale, donde decapitó santos, desfiguró vírgenes y tiró por los suelos el crucifijo del altar y todas las reliquias que encontró a su paso, mientras gritaba que esas imágenes eran una ofensa a Alá.
El africano, confeso musulmán, comenzó su macabro recorrido en la iglesia de San Martino ai Monti, donde destrozó una estatua antes de que el párroco le hiciese poner pies en polvorosa, según da cuenta ‘Il Tempo‘.
Momentos más tarde el facineroso entró en otro templo lleno de peregrinos, la antigua Basílica de Santa Prassede, donde destrozó las estatuas del patrón de la Iglesia, volcó otros objetos sagrados y arrancó un crucifijo de una pared.
El asaltante iba a romper el crucifijo del altar cuando el Padre Pedro Savelli le agarró de la pierna.
Este lugar, situado a escasos metros metros de la Basílica papal de Santa María la Mayor, en el barrio de Monti, se encontraba repleto de feligreses que, lejos de hacerle frente, optaron por salir corriendo dejando al valiente cura solo con todo el follón:
«Tras la misa se iba a celebrar un concierto para la comunidad eslovaca. Oímos un ruido tremendo en medio de una gran confusión. Al principio pensé que podía tratarse de un terrorista del ISIS. Me temí lo peor. El hombre se hallaba completamente enfurecido, como loco, gritando como un poseso sin parar. La gente huyó, despavorida. Cuando pretendía destruir el crucifijo que se hallaba en al altar, me las arreglé para detenerlo sujetándole las piernas, pero no pude impedir que escapara. Tuve mucho miedo. No sabía si estaba armado»,
El tipejo fue detenido después de que acudiera a un hospital para curarse una herida, que se hizo durante su particular y lamentable ‘juerga’.