Muchos no tardaron en comparar la historia con la trama de una película de suspenso.
Anne ocultó a su esposo John Darwin en su casa en el noreste de Inglaterra por varios años, después de que este se hiciera pasar por desaparecido en marzo de 2002.
John se había ido de paseo con su canoa al Mar del Norte y no regresó. Así se lo hicieron creer tanto él como su esposa a las autoridades británicas, que presumieron su muerte tras encontrar los restos de su bote y no hallar ninguna señal de vida.
Fue declarado muerto en 2003.
John Darwin ideó el plan de hacerse pasar por muerto para pagar sus deudas.
Anne reclamó unos US$318.000 del seguro de vida de su esposo y otros pagos por la muerte de este y mantuvo la mentira incluso con sus dos hijos, Mark y Anthony, a quien les dijo que su padre había fallecido.
John estuvo escondido hasta que la pareja se mudó a Panamá en 2007 porque querían empezar ahí una nueva vida.
Él pudo salir del Reino Unido usando una identidad falsa, pero ese mismo año regresó. Fue a una estación de policía del norte de Londres y dijo que había sufrido de amnesia.
Anne pretendió estar conmocionada tras conocer la noticia del regreso de su esposo que creía fallecido.
Foto de diciembre de 2007 en la que se ve a Anne Darwin en la estación de policía de Cleveland.
Pero una fotografía de la pareja con un agente inmobiliario en Panamá llegó a las autoridades y los dos fueron detenidos.
John admitió haber cometido fraude, pero Anne se declaró no culpable con el argumento de haber sido víctima de coerción conyugal.
Esta es la foto, tomada en Panamá en 2006, que desató el escándalo y la cobertura en los medios. La imagen apareció en la página web de la compañía inmobiliaria Move to Panama.
En 2008, fue declarada culpable de todos los cargos y sentenciada a seis años y medio de prisión por fraude y lavado de dinero. Su condena fue unos meses más larga que la de su marido.
«No era una actuación»
Anne ya salió de prisión y en diálogo exclusivo con la BBC recordó su experiencia.
«Estaba viviendo dos vidas», indicó. «Estaba pasando por las emociones que experimenta una viuda y actuaba de la manera que la gente esperaba que me comportara en tales circunstancias».
Esta imagen proporcionada por las autoridades británicas muestra el momento en que John Darwin era detenido.
«Me sentiré culpable por el resto de mi vida» por haber mentido a sus dos hijos.
«Evidentemente no era algo fácil de lograr, pero las emociones que la gente vio no eran una actuación. Eran emociones genuinas, pero por razones diferentes. Se debían a cómo me sentía por poner a los chicos en esta situación».
«Ver su dolor era insoportable. Las emociones que la gente vio eran las de mi propio dolor. Era una pesadilla en vida».
Al preguntarle cómo se sentía por haber mentido a sus hijos y por haberles dicho que su padre estaba desaparecido y probablemente muerto, indicó: «Afortunadamente no tuve que hacer eso en persona, pero, sin embargo, la culpa se mantendrá conmigo por el resto de mi vida».
«Llena de alegría»
En la prisión de Low Newton, en el norte de Inglaterra, Anne les escribió a sus hijos una carta en la que les pedía perdón.
Inicialmente no hubo una respuesta, pero pocos meses después, Mark le envió una misiva en respuesta.
Por varios años, Anthony y Mark Darwin fueron engañados por sus padres sobre la muerte de su padre.
«(La carta) me dio la esperanza de que no los había perdido por siempre, lo cual a esas alturas creía que había pasado».
Pocos meses después, Mark le volvió a escribir y le pidió si podía visitarla en prisión.
«La sola idea me llenaba de alegría», señaló Anne, «pero al mismo tiempo temía que como era la primera vez (que nos veíamos) me iba a preguntar qué había ocurrido».
«Finalmente el día llegó y estaba esperando por la visita. El saludo fue bastante frío, fue una visita difícil, pero cuando estaba por acabarse, hubo un poco de afecto. Me sentía muy aliviada y esperanzada».
Anne, quien escribió un libro sobre sus experiencias que tituló «Out of My Depth»(Fuera de mi control), poco a poco empezó a restablecer la relación con Mark y con su hijo menor, Anthony, quien también fue a visitarla.
«En la primera reunión con él y su esposa en prisión me enteré que tuve a mi primer nieto», señaló Anne. «Fue una visita muy emotiva».
«Soy muy bendecida por el hecho de que me han dado la oportunidad de estar en sus vidas nuevamente y ahora tengo cuatro nietos. Y ellos son mi mundo».
Divorcio
La reconciliación se produjo pese a que Anne siguió manteniendo que ella creía que su esposo genuinamente había desaparecido, incluso después de su regreso al Reino Unido.
Anne Darwin fue encarcelada en 2008 por casi tres años.
Mark y Anthony ofrecieron evidencia en contra de su madre en el juicio.
Tras ver a un psicólogo, Anne se separó de su esposo.
Aunque su esposo era «controlador», dijo, no podría echarle 100% de la culpa a él por su decisión de acompañarlo en su plan.
En 2007, Anne había declarado que su esposo había ideado el plan para escapar de sus deudas que sumaban «decenas de miles» de libras esterlinas.
John dijo que sólo había una manera de salir de esta situación y esa era fingir su muerte. Traté de razonar con él para que no lo hiciera. Le dije que era incorrecto», detalló.
Anne trabaja actualmente para una organización de caridad británica que fomenta la protección de los animales.
Su exesposo vive en Filipinas.
«Soy feliz. Me siento cómoda con quien soy», indicó. «No tengo ningún sentimiento en absoluto por (John). Completamente cero. Ninguna emoción».