Jueces iraníes condenaron a una mujer a una pena de seis años de prisión por escribir una historia de ficción sobre la lapidación de un personaje, pese a que la historia ni siquiera había sido publicada.
La activista Golrokh Ebrahimi Iraee recibió la semana pasada una «amenazante» llamada en la que recibió la orden de entregarse a la prisión de Evin por haber insultado a las santidades islámicas y difundir propaganda ofensiva para el sistema de reglas.
«Se enfrenta a la prisión simplemente por escribir una historia que no fue publicada. Efectivamente, está siendo castigada por usar su imaginación»,
denunció Amnistía Internacional, que calificó los cargos como «ridículos».
La historia de Iraee contaba la vida de una mujer que fue condenada a ser apedreada por haber sido infiel, lo que la irrita al punto de quemar una copia del Corán. Bajo la ley islámica de la sharia, la lapidación es el castigo impuesto por las prácticas de adulterio.
Aunque ha recibido incontables críticas desde el exterior, autoridades de Irán defendieron la antigua práctica el año pasado ante la ONU, afirmando que es «efectiva para reducir el crimen y proteger la moral», y que la criminalización del adulterio es «consistente con su interpretación» de las normas.
Los arrestos arbitrarios tampoco son una novedad bajo el régimen persa, que según estimaciones de instituciones internacionales ha detenido irregularmente a al menos 6.000 personas desde 2009.
El borrador de la historia fue descubierto cuando agentes que serian de la Guardia Republicana inspeccionaron, sin una orden judicial, el domicilio de Iraee y su esposo, el activista Arash Sadeghi, y los llevaron detenidos.
Aunque la mujer fue liberada a los 20 días, Sadeghi fue condenado a 15 años de cárcel, por cargos como «difundir propaganda contra el sistema» e «insultar a los fundadores de la República Islámica», en un juicio en el que no pudo contar con un abogado y se usaron como prueba sus mensajes de Facebook con activistas del extranjero.
«Instamos a las autoridades a que anulen de inmediato la sentencia condenatoria de Golrokh Ebrahimi Iraee y la de su esposo, Arash Sadeghi. El gobierno iraní está a punto de acabar con toda una generación de jóvenes activistas con sus medidas despiadadas y represivas»,
demandó Amnistía Internacional.