El Gobierno de Austria ordena su derribo: no quiere que se convierta en un santuario neonazi. Vivió en Braunau am Inn durante hasta los tres años de edad

De la casa natal del chalado Adolf Hitler no van a quedar ni cenizas

La actual propietaria se negaba a venderla, hasta su expropiación

El Gobierno de Austria anunció este lunes 17 de octubre de 2016 que derribará la casa natal del antiguo dictador nazi Adolf Hitler (1889-1945) en la localidad de Braunau am Inn. En declaraciones a la versión electrónica del periódico Die Presse, el ministro del Interior austríaco, Wolfgang Sobotka, informó de que «la casa de Hitler será tirada abajo. El sótano puede quedar, pero encima se construirá un edificio nuevo». (Los documentos del FBI examinados por la CIA: ¡Hitler huyó a Tenerife!)

«Después, la casa será entregada al municipio (de Braunau) para fines caritativos o fines oficiales», agregó el ministro, quien cumple así con la recomendación de una comisión de trece expertos que estudió durante meses qué hacer con este edificio. (¡Manda huevos! El secreto sexual mejor guardado del sádico Adolf Hitler).

En un comunicado, Sobotka precisó poco después que «comparte la opinión de la comisión según la cual sería razonable una profunda reforma arquitectónica» de la casa.

De esta forma, agregó el ministro conservador, se impide de forma permanente que el edificio adquiera una «fuerza simbólica». Según Sobotka, esta misma semana se iniciarán los trámites parlamentarios para darle al derrumbe un marco legal. Durante años, la casa había sido alquilada a la propietaria por el Estado austríaco y el municipio de Braunau para evitar que se convirtiera en un santuario neonazi.

En julio pasado, el Gobierno austríaco aprobó una ley para expropiar la casa natal del dictador nazi, un edificio que está bajo protección por tener cimientos del siglo XVII. La expropiación puso fin a una larga batalla jurídica con la propietaria, que se había negado a vender el inmueble al Estado.

Algunos expertos han criticado que con un posible derribo Austria pierde la posibilidad de conmemorar su propio pasado nazi.

Una cultura de memoria que funciona

Sobotka rechazó este lunes estas alegaciones y destacó que la república alpina «cuenta con una cultura de la memoria que funciona», por ejemplo con el antiguo campo de concentración de Mauthausen, donde fueron asesinadas unas 100.000 personas.

El ministro agregó que Austria está construyendo dos «Casas de la Historia», una en Viena y otra en la ciudad de Sankt Pölten, donde se seguirá fomentando el trabajo de memoria histórica.

La comisión de expertos estaba compuesta por historiadores, jueces y también era miembro Oslar Deutsch, el presidente de la comunidad judía de Austria, diezmada durante el Holocausto al ser asesinados 65.000 judíos austríacos, mientras que otros 130.000 lograron escaparse.

Hitler nació el 20 de abril de 1889 en la calle Salzburger Vorstadt, 15, de Braunau, pero a las pocas semanas su familia se mudó a otra dirección dentro de la misma ciudad, que finalmente abandonó tres años más tarde.

En 1938, tras la anexión de Austria por la Alemania nazi, el edificio fue comprado por Martin Bormann, un estrecho colaborador de Hitler, y los nazis convirtieron el lugar en un «centro cultural».

Después de la guerra, el edificio fue comprado de nuevo por la familia de los propietarios originales, que permitieron la instalación de una biblioteca.

Más tarde, los inquilinos de la casa fueron una escuela, un banco, un instituto técnico y hasta 2001 un hogar para jóvenes discapacitados.

Desde entonces, la casa estaba vacía y el Estado austríaco y el municipio de Braunau pagaban a la dueña 4.700 euros (5.200 dólares) mensuales de alquiler para evitar un uso no deseado del lugar.

Con la expropiación decidida por ley en julio, el Estado austríaco debió indemnizar a la propietaria.

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