El salvaje vídeo llega desde Béjaïa, en la región argelina de Akbo, donde al parecer están haciendo un curso acelerado de cómo comportarse como un yihadista cualquiera en cuanto a uno se les tuercen los cables.
Y todo por una maldita oveja, que el desventurado protagonista de la grabación robó en compañía de dos compinches que lograron darse a la fuga, antes de ser atrapados por los vecinos del pueblo que son de armas tomar.
Así, tras golpearle de lo lindo con palos y darle de patadas hasta dejarlo morado, lo colgaron cabeza abajo en una especie de valle para delite de lo asistentes, niños incluidos.
Entre risas y extraños silbidos, lo matan con una furia indecible, mientras la victima trata sin éxito de levantar cabeza y pedir socorro.
Todo un ejemplo del fanatismo musulmán. Los hechos tuvieron lugar el 31 de octubre de 2016, y ahora acaba de salir a la luz esta oscura grabación.