Una joven afgana de 18 años asegura haber sido violada por un agente de policía cuando acudió a la comisaría a denunciar un abuso sexual anterior en Balkh, al norte de Afganistán. Antes de que dejara la comisaría, la chica fue advertida de que «mantuviera la boca cerrada».
A la chica, llamada con el seudónimo de Mariam, la sacó de su casa -en Zareh, en la provincia de Balkh, en el norte de Afganistán- un hombre que, a punta de pistola la llevó a una vivienda cercana donde, según ha relatado, la violó junto con otro hombre.
«Cuando fui con mi padre para denunciar el caso de violación, el comisario de policía ordenó a mi padre que esperara fuera y me llevó a su oficina donde también me violó», ha contado Mariam, según publica el diario Mirror. Después el policía le advirtió de que «mantuviera la boca cerrada» o la mataría.
Afganistán es uno de los países del mundo más peligrosos para las mujeres. Las investigaciones indican que más de ocho de cada 10 mujeres en Afganistán han sido víctimas de abusos sexuales, físicos o psicológicos, pero sólo unos pocos miles de casos se denuncian.
Además, por razones culturales y sociales es muy difícil que una mujer se acerque a un oficial varón, según Oxfam. A veces, las mujeres que acuden a pedir ayuda son violadas como Mariam.
En este caso, el comisario de policía, Akram Zareh, negó cualquier acto ilícito. «Soy un policía honesto, tengo 60 años. Ella es como mi hija», dijo Zareh.
El padre de la chica asegura que ella amenaza con «quemarse viva, porque no puede salir de la casa y no no puede tener contacto visual con nadie debido a la vergüenza que siente». El hombre ha obtenido la promesa del fiscal de Kabul de que investigará el caso.
