En las últimas semanas, el autodenominado Estado Islámico, cedió terreno en Mosul ante el importante avance de las tropas iraquíes y la coalición internacional.
En ese contexto los yihadistas se vieron obligados a escapar hacia Raqqa, su bastión en Siria, donde radicalizaron las medidas contra la población civil, con redadas en cibercafés e incesantes controles en la vía pública. Asimismo, aumentaron las vigilancias para evitar que la gente abandone la ciudad.
Esta serie de medidas que adoptó ISIS tiene como objetivo aislar a los residentes de la ciudad del mundo exterior para ocultar el avance de las tropas hacia Raqqa.
Y mientras tanto, y quizás para entrenarse, se dedican en su bastión sirio a ejecutar a supuestos espías. Así, en el vídel que abre estas línas, dos desventurados son ametrallados en pleno desierto, y abandonados sus cuerpos a las alimañas.