Se lanza contra dos vehículos blindados del Ejército de Irak, que estaban detenidos en una calle de Mosul, en una zona que habían logrado liberar días antes. Los gritos le traen al pairo. Lleva un cinturón de explosivos al cinto, y a uno de los conductores no le queda otra más que dar marcha atrás, mientras el loco yihadista corre hacia ellos dando alabanzas a Alá.
Los soldados empiezan a disparar, pero no tarda en producirse lo inevitable: una explosión de padre y muy señor mío. No se precisó el número de víctimas que dejó el ataque, pero fueron muchas.
Las tropas iraquíes se adentraron el sábado 19 de noviembre de 206 al amanecer en los barrios de Muharabeen y Ulama tras liberar por completo el contiguo vecindario de Tahrir el viernes, dijo el mayor general Sami al-Aridi, de las fuerzas especiales. Los milicianos de ISIS respondieron con francotiradores, granadas propulsadas con lanzacohetes y rondas de mortero, indicó Al-Aridi.
ATAQUE
El viernes por la tarde, un grupo de milicianos del grupo radical atacó el pueblo de Imam Gharbi al sur de Mosul y lo controló durante horas antes de que se pidieran ataques aéreos de la coalición internacional que lidera Estados Unidos, según un oficial. Tres policías murieron, incluido un oficial, y otros cuatro resultaron heridos en los choques y varios ataques suicidas, señaló el funcionario. Nueve combatientes de ISIS murieron, añadió la fuente, que habló bajo condición de anonimato porque no estaba autorizado a informar a los medios.
Al oeste de Mosul, milicias chiíes respaldadas por el Gobierno tomaron el viernes por la noche el aeródromo militar de Tal Afar, indicó Jaafar al-Husseini, portavoz de las influyentes Brigadas Jezbolá. El aeropuerto quedó casi destruido en los combates, señaló Al-Husseini, aunque servirá como importante base para las tropas en su avance.
La ofensiva para recuperar Mosul de manos del grupo extremista, lanzada el 17 de octubre, es la mayor operación militar en Irak desde la salida de las tropas estadounidenses en 2011. Si tiene éxito, sería el mayor golpe asestado al autoproclamado califato del grupo armado, que se extiende por territorio iraquí y sirio. Las milicias chiíes lideran el ataque para expulsar a ISIS desde Tal Afar, que tenía una población de mayoría chií antes de caer en manos de los extremistas en el verano de 2014, y para cortar las rutas de suministro que conectan Mosul con Siria.
Según Naciones Unidas, más de 56.000 civiles se han visto obligados a abandonar sus hogares desde que comenzó la campaña, dentro de los casi 1,5 millones de civiles que viven en Mosul y sus alrededores. El grupo radical tomó Mosul, la segunda ciudad más grande de Irak, en el verano de 2014.