El único consuelo es que a bastantes de estos desalmados les ha llegado la factura y en forma de cuerda, cuchillo o bala.
Uno de ellos es Ismail Alwan Salman al Ithawi, lugarteniente del ‘califa’ Abu Bakr Al Baghdadi y encargado de los edictos religiosos, quien fue sentenciado a muerte este 18 de septiembre de 2018 por un tribunal de Bagdad.
El miserable, uno de los miembros de mayor rango dentro del ISIS que han sido capturados con vida, será ahorcado en breve. Fue atrapado en Turquía, donde huyó tan la reconquista de Mosul y se hacía pasar por un pacífico hombre de negocios. Los turcos lo extraditaron a Irak.
Como ministro, Al Ithawi estaba encargado de emitir los edictos religiosos, o fatwas, del grupo extremista sunita y también de supervisar el montaje, grabación y difusión de espantos como el que reproducimos aquí.
En este caso, la víctima es un joven que luchó por la independencia del Kurdistán, territorio que comprende partes de Irak, Siria, Irán y Turquía.
Se llamaba Abd Isma’il Muhammad ash-Shayk, tenía 23 años y estaba afiliado a las Fuerzas de Defensa Popular (HPG), el brazo armado del Partido de los Trabajadores de Kurdistán, PKK.
La escena fue grabada en en pleno desierto sirio.
Los fanáticos musulmanes condenan a a Abd Isma’il Muhammad ash-Shayk a una espeluznante muerte. Todo, tras torturarle acusado de trabajar con el PKK kurdo para llevar a cabo un atentado con coche bomba contra DAESH, en su bastión de Raqqa, reconquistado el pasado 17 de octubre de 2017 por las Fuerzas de Siria Democrática (FSD), un grupo de milicias árabes y kurdas apoyadas por Estados Unidos.
El vídeo estremece. Los verdugos islámicos cuelgan un mochila a la espalda cargada de explosivos del joven kurdo y le hacen correr descalzo mientras le van silbando las balas en los pies, muy al estilo del viejo oeste.
A lo lejos, el jefe de los matarifes vigila los movimientos con la mano presta en un percutor.
Cuando más desesperado está, con el rostro desencajado y exhausto, hacen detonar el mortífero cargamento que porta.
Su cuerpo sale despedido y queda inerte sobre la arena, destrozado. Las imágenes son demoledoras.