El estadounidense fue condenado en 1978 por una violación que ha resultado ser falsa, por lo que fue puesto en libertad tras comprobarse su inocencia. Pero Lawrence McKinney ha pasado 31 años en prisión, por lo que afirma «se ha quedado sin vida», según confirma ‘Actualidad‘.
El hombre, que ahora tiene 60 años, fue condenado a 130 años por crímenes que no cometió, y aunque ha sido puesto en libertad a los 31 años de reclutamiento, el Estado sólo le otorgó 75 dólares de indemnización por los daños.
Solicitó dos veces una compensación por un millón de dólares, rechazada en ambas ocasiones, pero ahora su abogado, Jack Lowery, ha conseguido que sea el propio gobernador de Tennessee, Bill Haslam, quien otorgue un fallo definitivo. Lawrence asegura que, después de esperar 31 años por su libertad, puede aguantar un poco más hasta conocer la decisión del político.