Un equipo de científicos aficionados seleccionados por el FBI en la ciudad estadounidense de Seattle (Washington) para lograr datos sobre el secuestro de un Boeing-727 en 1971, sugiere haber descubierto una nueva evidencia en el caso más infame de la historia de la aviación, informa el canal local King5. (El misterio del ladrón que robó US$200.000, saltó de un avión en paracaídas y nunca fue hallado).
Los científicos del grupo denominado ‘Citizen Sleuths’ han analizado las partículas en la corbata del pirata aéreo D. B. Cooper, quien secuestró el vuelo 305 de la compañía Northwest Orient que cubría la ruta Portland (Oregón)-Seattle. Recibió 200.000 dólares por liberar a los rehenes y saltó desde la aeronave en paracaídas para desaparecer para siempre.
Un potente microscopio electrónico ha localizado más de 100.000 partículas en la corbata dejada atrás por Cooper en su asiento antes de su salto. Entre ellas han sido detectados cerio, sulfuro de estroncio y titanio puro.
Los elementos hallados en la prenda forman parte de las tierras raras y «se usan en áreas muy restringidas, con propósitos muy específicos», ha señalado el investigador principal del equipo, Tom Kaye. Ha detallado que dichos elementos fueron raramente usados en 1971.
En particular, los elementos descubiertos en la corbata de Cooper fueron empleados en la construcción de un avión supersónico de Boeing, que fue diseñado con el financiamiento del Gobierno en los años 1960 y 1970. En aquella época Boeing estaba desarrollando monitores de alta tecnología, como, por ejemplo, pantallas de radares.
De esta manera, el hallazgo puede reducir la identidad de Cooper a la de un empleado de Boeing o un contratista, que habría participado en el proyecto de la compañía. «La corbata entraba con él en estos ambientes de producción», ha supuesto Kaye, destacando que el mítico secuestrador no fue una de las personas que fabricaba los aparatos. «Era un ingeniero o un gerente en una de las plantas», ha deducido el científico.
El equipo está divulgando los resultados del análisis en su página web, e insta al público a participar en la investigación para poder crear un perfil de Cooper.
El pasado mes de julio el FBI cerró la investigación del caso. 45 años después del hecho los agentes no lograron identificar al responsable. Se trata del único caso irresuelto de un secuestro aéreo en EE.UU.