México registró 31.174 homicidios dolosos en 2017, según informa el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI).
La cifra es equivalente a 25 homicidios por cada 100.000 habitantes a nivel nacional, la tasa más alta desde que se tiene registro en México a partir de 1990.
El país vive en estos momentos uno de sus peores momentos en el ámbito del narcotráfico, sin que las autoridades, -en muchos casos salpicadas por la corrupción y el miedo-, hagan nada por poner remedio.
En las treinta y dos entidades federativas de los Estados Unidos Mexicanos, el Cártel del Pacífico, La Familia Michoacana, el Cártel de los Hermanos Beltrán Leyva, Los Caballeros Templarios y ahora con más fuerza el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), hacen de las suyas con total impunidad. Secuestran a sus rivales, los torturan y les ejecutan grabando sus acciones a modo de advertencia.
Y para muestra un botón, quizás el más terrorífico, y no apto para todos los estómagos. Un miembro de un clan rival, del que se desconoce su identidad, es ejecutado por unos despiadados sicarios en un piso cualquiera y con una cutre música de fondo.
En el suelo han dispuesto un hule para que la sangre no manche demasiado, y todos se afanan en cortarle el cuello con una especie de hoz, tras haberle depellejado la cara al infortunado con un cúter, el mismo instrumento que emplean de vez en cuando para tratar de cortarle el cuello, mientras la víctima profiere angustiosos gritos de dolor y espanto.
Una de sus manos ha sido amputada, y a uno de los verdugos se le ocurre en un momento dado la idea de meterle un palo en la boca para que cesen sus alaridos: «¡Métele un palo en el hocivo para que no grite»!.
El vídeo fue mandado de forma anónima al ‘Blog del Narco’, y corre como la pólvora en los circuitos menos convencionales de Internet, ante el horror de quien osa verlo.