Tenía maratones sexuales con prostitutas mientras consumía grandes cantidades de crack y ácido

El terrorista de Londres utilizó las ayudas sociales para financiar su atentado y fornicar drogado

Khalid Masood, se dedicaba a apuñalar a la gente en plena cara cuando iba puesto hasta las cejas

El terrorista de Londres utilizó las ayudas sociales para financiar su atentado y fornicar drogado
Khalid Masood TV

Los amigos del terrorista de Westminster Bridge, Khalid Masood, compartieron a la prensa británica detalles asombrosos de su vida privada. El maestro de inglés que se convirtió al Islam luego de pasar dos años en prisión por cortarle la cara al dueño de un bar con un cuchillo tenía maratones sexuales con prostitutas mientras consumía variedades de drogas, incluyendo crack de cocaína y ácido.

Según el periódico The Sun, la arrendadora de Masood, Cassie Havard, desalojó al fanático de su departamento luego de gastar miles de dólares en prostitutas.

«No era un musulmán apropiado», dijo Havard. «Tenía relaciones con prostitutas. Fumaba copiosas cantidades de crack y apuñalaba cuchillos en la cara de gente».

«Era un loco», continúa. «Luego de una sesión de crack que duró cuatro días, un compañero drogadicto suyo se volvió paranoico y lo acusó de ser un policía encubierto. Adrian se volvió absolutamente salvaje y corrió a la cocina a agarrar el cuchillo más grande que pudo encontrar y regresó al cuarto y rajó la cara del hombre a pedazos».

Otro amigo alega que solía tomar un cóctel de drogas «como un camión»:

«Iba a discotecas y juergas pero principalmente a fiestas caseras. Era un animal de la fiesta. Cuando consumía éxstasis no paraba por horas. Pero cuando comenzaba a bajar el efecto, se fumaba un porro de marihuana y escuchaba a Bob Marley».

También se descubrió que Masood financió el ataque con dinero de contribuyentes, ya que estaba viviendo con beneficios sociales. Según The Express, los padres de sus alumnos en la escuela primaria de Brookfields en Birmingham se habían quejado de sus ideas extremistas.

Sabrina Hussain, una de las madres, dijo que «olía horrible» y le daba «escalofríos». A pesar de que su hija era la mejor amiga de Teegan Harvey, la hija menor del terrorista, le prohibió ir a su casa.

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