Estados Unidos ha ordenado movilizar el portaaviones USS Carl Vinson, y su grupo de ataque que incluye jets F18, hacia aguas cercanas a Corea del Norte como muestra de fuerza ante las provocaciones del régimen de Kim Jong-un.
Fuentes del Pentágono confirmaron a la cadena CNN que el almirante Harry Harris, jefe del Comando del Pacífico, autorizó el traslado del portaaviones de la clase Nimitz, dos destructores de misiles guiados y un crucero de misiles guiados hacia aguas cercanas a la Península de Corea.
El Carl Vinson, bajo el control de la Tercera Flota (Pacífico Oriental), ha suspendido una visita prevista a Australia y se volverá a dirigir a aguas cercanas a Corea del Norte, donde ya estuvo desplegado hace un mes para participar en maniobras militares anuales con Corea del Sur.
El buque tiene capacidad para unas 85 aeronaves y 3.200 tripulantes. Comenzó a construirse el 11 de octubre de 1975 y fue botado al agua el 15 de marzo de 1980. Fue el último destino del cuerpo del terrorista Osama Bin Laden, antes de ser lanzado al mar, tras ser abatido por fuerzas estadounidenses el 2 de mayo de 2011 en Pakistán.
Fuentes de Defensa aseguraron que el movimiento es en respuesta a las nuevas provocaciones del régimen comunista de Corea del Norte, que recientemente realizó un ensayo de un misil de medio alcance y ha hecho pruebas con motores de misiles.
No es raro que Estados Unidos realice despliegue de portaaviones de propulsión nuclear a zonas como muestra de fuerza o por precaución ante una crisis.
El cambio de rumbo del Carl Vinson se da justo después de que esta semana el presidente estadounidense, Donald Trump, se reuniera en Florida con su homólogo chino, Xi Jinping, y ambos discutieran la necesidad de evitar nuevas provocaciones de Pyongyang, aliado de Pekín.
El jefe de la diplomacia estadounidense, Rex Tillerson, reiteró el viernes que su país está preparado para actuar solo «si China no es capaz de coordinarse» con ellos.
Y la jefa del Comando de Defensa Aerospacial de América del Norte (NORAD), Lori Robinson, dijo el jueves que estaba «muy segura» de la capacidad de EEUU para interceptar misiles balísticos dirigidos hacia América del Norte.